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40 películas de cine social

  • Sonia Herrera
  • 7 ene 2017
  • 4 Min. de lectura

“El cine en España entra en pánico tras la peor taquilla de su historia”. Así titulaba El País esta funesta noticia el pasado 18 de junio. Sin duda, vivimos malos tiempos para la lírica. La crisis, la pérdida de poder adquisitivo y el impacto de la subida del IVA cultural del 8% al 21% ha supuesto un terrible mazazo para las industrias culturales en general, y para el cine en particular[1], convirtiendo a España en “uno de los únicos países de la zona euro donde no se aplica el IVA reducido en los ingresos en las actividades culturales, como el cine, eventos de música en vivo y teatro” (eldiario.es, 11/12/2012).

Esta subida del IVA está acarreando diversas consecuencias: reducción de la diversidad cultural y de las inversiones en todo el sector, destrucción de puestos de trabajo, aumento de la piratería…

Pero esta historia de terror para el cine se empezó a fraguar hace algunos años… Ya en marzo de 2008 Público desvelaba las cifras ofrecidas por el Ministerio de Cultura y nos encontrábamos con los primeros signos de la asfixia: “El cine perdió 9 millones de espectadores en 2008”. La crisis económica había llegado al cine. Y aunque algunos “visionarios” como Pedro Pérez, presidente de la Federación de Asociaciones de Productores Audiovisuales (Fapae), afirmaron por aquel entonces que el 2009 sería un “año magnífico para nuestro cine”, 4 años después estamos asistiendo al cierre de salas, a la quiebra de productoras y distribuidoras y a la desidia más absoluta de gran parte de la población. ¡Cómo si nos pudiéramos permitir el lujo de perder cultura!

Y si bien es cierto, como se apuntaba anteriormente, que la piratería ha hecho mucho daño a la industria del cine también lo es que no se han buscado alternativas y que el Estado no ha realizado una verdadera apuesta por la cultura, sino más bien por su desmantelamiento. De hecho, un estudio elaborado por la auditora Price Waterhouse sobre la industria cinematográfica demostró que un IVA del 10% generaría más ingresos que el actual tipo del 21%.

Y ante todo este tumulto de cifras creo que es necesario e interesante hacerse un par de preguntas:

  1. ¿Qué tipo de cine queremos?

  2. ¿Qué responsabilidad tenemos los espectadores y espectadoras con el cine y cuál es nuestro compromiso social respecto a la cultura?

Habría que empezar diciendo que la crisis nos ha confrontado de repente con un cambio de época que conlleva un cambio de pautas de consumo y de paradigmas. Y en estos momentos oscuros para gran parte de la población e inciertos para otra parte, los recortes en cultura pasan a verse como un mal menor comparándolos con los recortes en educación o sanidad y en todo caso se recurre al entretenimiento como tabla de salvación para alienarse durante un rato y aislarse de los desahucios, de la corrupción, de la prima de riesgo, del aumento del paro, de la última víctima de la violencia machista, de la pérdida de derechos laborales…

Pero esa tabla de salvación tiene un lado siniestro: la trivialidad y la superficialidad en las pantallas nos alejan de la acción. Y por desgracia esa superficialidad tiene mucho éxito. No en vano, algunas de las películas más taquilleras en el Estado español en lo que llevamos de año han sido El hombre de acero, Fast & Furious 6, Resacón 3, After Earth o El mensajero, entre otras.


¿Y qué sucede con el cine social que se preocupa por los problemas del momento? ¿Acaso hemos perdido la capacidad de pensar? ¿Nos incomoda todo aquello que nos cuestiona y solamente nos dejamos mecer por la banalidad y el espectáculo? ¿El cine es solamente una distracción o debe tener una función social que contribuya a la construcción de un mundo más justo para todas/os?

La reflexión será larga, pero lo que sí podemos ver con claridad si apartamos por un momento los ojos de la vorágine mediática es que si dejamos morir el cine, dejamos morir un arte y silenciamos a un gran testigo de la historia, pero también dejamos morir una parte del futuro, porque tal y como decía Simón Bolívar, “un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción”.

Por ello, para tomar conciencia y sensibilizarnos con lo que pasa a nuestro alrededor, en nuestro mundo, aquí tenéis 40 recomendaciones de cine social (acompañadas de guías didácticas y otros recursos interesantes) que nadie debería perderse para disfrutar este verano en sala, en casa o al aire libre, sin olvidar aquel estupendo estribillo de Luis Eduardo Aute: “Cine, cine, cine, más cine por favor, que todo en la vida es cine y los sueños, cine son”.


  1. Erin Brockovich (2000), de Steven Soderbergh

  2. Ser y tener (Être et avoir) (2002), de Nicolas Philibert

  3. Pan y rosas (2000), de Ken Loach

  4. Te doy mis ojos (2003), de Icíar Bollaín

  5. En tierra de hombres (North Country) (2005), de Niki Caro

  6. El color púrpura (1985), de Steven Spielberg

  7. La lengua de las mariposas (1999), de José Luis Cuerda

  8. En el mundo a cada rato (2004), de Patricia Ferreira, Pere Joan Ventura, Chus Gutiérrez, Javier Corcuera y Javier Fesser

  9. Mi nombre es Harvey Milk (2008), de Gus Van Sant

  10. Los olvidados (1950), de Luis Buñuel

  11. El Cairo, 678 (2010), de Mohamed Diab

  12. Una jornada particular (1977), de Ettore Scola

  13. Las mujeres de verdad tienen curvas (2002), de Patricia Cardoso

  14. Amores perros (2000), de Alejandro González Iñarritu

  15. Slumdog Millonaire (2008), de Danny Boyle y Lovellen Tandan

  16. Los chicos están bien (2010), de Lisa Cholodenko

  17. El gran dictador (1940), de Charles Chaplin

  18. Las tortugas también vuelan (2004), de Bahman Ghobadi

  19. Promises (2001), de Justine Shapiro, B.Z. Goldberg y Carlos Bolado

  20. Philadelphia (1993), de Jonathan Demme

  21. Evelyn (2011), de Isabel de Ocampo

  22. Radio favela (2002), de Helvécio Ratton

  23. El domingo si Dios quiere (Inch’Allah dimanche) (2001), de Yamina Benguigui

  24. Roma, ciudad abierta (1945), de Roberto Rossellini

  25. Billy Elliot (2000), de Stephen Daldry

  26. Los espigadores y la espigadora (Les glaneurs et la glaneuse) (2000), de Agnès Varda

  27. Veronica Guerin (2003), de Joel Schumacher

  28. La voz dormida (2011), de Benito Zambrano

  29. Pa negre (2010), de Agustí Villalonga

  30. Rebelle (2012), de Kim Nguyen

  31. Welcome (2009), de Philippe Lioret

  32. Generación robada (2002), de Phillip Noyce

  33. Persépolis (2007), de Marjane Satrapi y Vincent Paronnaud

  34. A ciegas (Blindness) (2008), de Fernando Meirelles

  35. Madame Brouette (2002), de Moussa Sene Absa

  36. La vendedora de rosas (1998), de Víctor Gaviria

  37. Bowling for Columbine (2002), de Michael Moore

  38. Frozen River (2008), de Courtney Hunt

  39. El señor Ibrahim y las flores del Corán (2003), de François Dupeyron

  40. El patio de mi cárcel (2008), de Belén Macías


 
 
 

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