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Revueltas y el cine XII. La nueva cima-encrucijada, 1 de 2

  • Elías Razo Hidalgo
  • 10 abr 2016
  • 9 Min. de lectura

Los años 60, nova cima-encrucijada de Revueltas: trabajo académico sobre el cine; vuelta a la autocrítica literaria, política y estabilidad laboral-económica.



La mentira dominará todo, independientemente de que ojalá aparecieran los 43.


Con el inicio de la década del 60 empezará para Revueltas un nuevo horizonte. Contradictoriamente y a raíz de la negativa de darle trabajo a Rosaura Revueltas en México, ella se abre paso y aprovecha la oportunidad de trabajar con la naciente Revolución cubana, e impulsada por el trabajo desarrollado con Brecht en Berlín, decide ponerse al servicio de autoridades culturales de la isla, que gustosos le ofrecen la oportunidad de experimentar en Cuba lo que quiera hacer en teatro. Ella, a su vez, propone en la isla la posibilidad de que su hermano vaya a trabajar y a tener la alternativa de continuar su labor cinematográfica, en el recién constituido Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), inaugurado en abril de 1959, como primera apuesta cultural de los jóvenes revolucionarios.

Mientras eso sucede, Revueltas está conformando una nueva organización política, después de que es expulsado del Partido Comunista y posteriormente del Partido Obrero-Campesino Mexicano. Funda la Liga Leninista Espartaco, que pretenderá desarrollar la teoría revolucionaria de impulsar un partido de vanguardia que dirija los destinos de la patria, y tal es la tesis que desarrollará en su ensayo político Ensayo sobre un proletariado sin cabeza (que terminará en 1961, publicará hasta 1962, y será una especie de continuación de México: una democracia bárbara, publicado en 1958).

En noviembre de 1960 inicia en la Academia de San Carlos, junto con 18 artistas y escritores, una huelga de hambre en defensa y por la libertad de los presos políticos (maestros, normalistas, ferrocarrileros, periodistas, artistas) que, acusados del delito de disolución social, se encuentran presos en Lecumberri desde 1958 (y ahí quedarán unos un lustro, otros más de una década).

Mientras tanto prepara su ida a isla, y al parecer en Cuba o no se habían enterado de lo que pasaba con Revueltas y el PCM, o aceptaban las nuevas formas del comportamiento del siempre inquieto José. El hecho es que originalmente no ponen objeción alguna para que el escritor mexicano prepare su estancia en La Habana a partir de finales de marzo y hasta diciembre de 1961.

Antes de eso, Revueltas prepara sus documentos teóricos sobre cinematografía que ha desarrollado desde la década del 40 para presentarlos en el ICAIC, a la par que saca a la luz una de las mejores colecciones de cuentos por él escrito, Dormir en tierra.


Dormir en tierra… y libertad

La producción y posterior publicación de una de sus obras cumbres, Dormir en tierra (colección de cuentos que venía preparando desde 1953, publicada por la Universidad de Xalapa en 1960), muestra a un José Revueltas renovado en el uso del lenguaje literario a la par del uso de temas no militantes, ni políticos, que reflejan ese México narrado con el realismo social que le da la maestría de su estilo, inaugurado con El luto humano, novela publicada veinte años antes, y consagrado hasta ese momento en En algún valle de lágrimas (1957).

Este mismo año concluye su guión cinematográfico Tierra y libertad, trabajo que pretendía dirigir, como antes ya lo había hecho con su amigo Manuel Álvarez Bravo, de manera independiente. Después de haberse frustrado la posibilidad de entrar al amafiado grupo de directores de cine, ve sólo la alternativa de un trabajo independiente para concretar, ésta vez sí, dirigir una cinta, y por ello se afina hasta dar por concluido el guión que presenta a un Emiliano Zapata cuasi supra-humano, con un tratamiento cursi y muy predecible de datos anecdóticos interesantes, que marcan un estilo de Revueltas sacado de sus marcos de referencia literarios.

Este Zapata es profusamente enamorado, que lo mismo se encuentra en una reunión ejidal envuelto en una total solemnidad y respeto por lo que se dice y dicta, que toreando y domando caballos de haciendas vecinas a su natal Anenecuilco. El guión inicia con la presentación del cadáver de Zapata en el centro de Cuautla, cuerpo al que se acerca una de sus mujeres para revisarle en el pecho desnudo una marca mítica que supuestamente poseía Emiliano, mancha de nacimiento que lo marcaba como líder que sería de la Revolución del Sur, y descubre que la mancha no existe, por tanto Zapata no ha muerto, el jefe va a volver. Así inicia una serie de imágenes que recorren prácticamente toda la segunda década del siglo XX, los tiempos de la Revolución mexicana.

Tierra y libertad es una continuación ideológica que se da sobre la vida de Emiliano desde la perspectiva y obra de Jesús Sotelo Inclán, Raíz y razón de Zapata, que, escrita en 1943, concluye justamente cuando da inicio la Revolución armada en Morelos. El guión revueltiano que solemniza al ícono está sustentado en los mismos principios de este gran intelectual del pensamiento zapatista y trata de hilar una continuidad mítica iniciada desde la fundación de Anenecuilco y las herencias culturales transmitidas de generación en generación en esta parte del territorio rebelde y de campesinos fuertemente arraigados a la tierra.

Este guión era muy preciado por Revueltas, pues invirtió una capacidad argumentativa que convirtieron la figura de Zapata en un héroe con una imagen apegada al mito del Zapata vivo. La libre adaptación liga a Ricardo Flores Magón trabajando en Cuautla en la producción de Regeneración, trabajo que es espiado tímidamente por Emiliano, ligando de alguna manera a estos dos personajes que nunca se conocieron y sugiriendo que Zapata contaba con una formación ideológica avanzada –situación que se puede cuestionar–, pero que daba un toque interesante al guión, lleno de venganzas contra los militares porfiristas y el retrato imponente de los campesinos morelenses que miran con amor histórico a la tierra que desean cultivar en completa paz.

Zapata humano y mitificado a la vez, santo héroe al que, recién desaparecido, otra mujer enamorada del líder revive de una manera didáctica, ya que en una escuela se pone a hablar sobre la biografía del caudillo del sur a un grupo de niños que asisten a su formación primaria. El guión será publicado hasta 1981 en la colección de sus obras completas (es el número 23) en Ediciones ERA, recientemente replanteadas como volúmenes acomplados.


ICAIC

El año 1961 toma a Revueltas en los preparativos del viaje a Cuba para impartir conferencias sobre cinematografía, y particularmente sobre montaje, en el ICAIC. Deja encargada la publicación del Ensayo sobre el proletariado sin cabeza con sus compañeros de la Liga Leninista Espartaco, que lo hubieran debido tener ya fuera de la imprenta a finales del año de 1961, pero que en realidad se olvidan de éste y Revueltas será el que lo saque a luz a su trompicado regreso de la isla.

El trabajo de conferencista en el recién fundado ICAIC además de darle contactos con escritores e intelectuales cubanos y latinoamericanos –situación que lo llevará años más tarde a regresar a La Casa de la Américas como miembro de jurado–, le da una posibilidad de volver a enamorarse y volcar su pasión por la escritora cubana Omega Agüero, con la que vive un romance que lo hace recobrar “bríos revolucionarios”, al grado de hacer solicitud para permanecer definitivamente en Cuba e integrarse de lleno al cine y a lo que le encomienden en la isla marxista-leninista.

De hecho es llamado a realizar sus guardias militares, le proporcionan un viejo fusil americano para cumplir con su tarea y está a un tris de no regresar al país. ¿Qué pasó entre las burocracias comunistas de los partidos mexicano y cubano? Nunca se ha mencionado. Lo cierto es que cuando se llena de esperanza para trabajar definitivamente en Cuba es concluido repentinamente su trabajo en el Instituto Cubano de Cine, y por lo tanto es “convidado” a dejar la isla, declarado prácticamente como un escritor non grato para los intereses de la Revolución cubana.

Los planes de Revueltas de ser “cubano” incluyeron fortalecer la relación con Omega, al grado de planear tener un hijo (una niña, nacida en julio de 1962, que tendrá como nombre Moura, nombre parecido a Maura, hermana menor de José que muere en sus primeros meses de vida), pero la proscripción de Revueltas alcanzaría a Omega Agüero, a la que retirarán ayudas y apoyos gubernamentales para su tarea (misión revolucionaria) de escritora. Revueltas mantendrá contacto postal con las dos y verá a la distancia crecer a su hija, doliéndose de ser un pésimo padre a la distancia (hay documentos de intercambio de cartas hasta 1972). De esta experiencia puede haber construido uno de sus últimos cuentos, “Resurrección sin vida”, publicado en Material de los sueños, de 1974, que después sería hecha largometraje por Mitl Valdéz (Los vuelcos del corazón, 1996).

Es prácticamente seguro que en Cuba se enteraron de la inminente publicación del Ensayo, que tan mal trataba al PCM. Así que la “inteligencia política de la izquierda” volvía a cargar los dados en contra de Revueltas, pues nunca le perdonaron la actitud de libertad con la que actuó consecuentemente durante toda su vida. Sin embargo, el enfrentamiento absoluto se estaba cocinando para su novela de 1964, Los errores.

Revueltas se mostrará consternado por verse impedido de estar presente en el nacimiento de su hija, pero más por la marginación a que someten a su compañera cubana. En su momento manda una carta, por medio de Hilda Gadea, ex esposa del Che Guevara, como medida de protesta ante las autoridades culturales de Cuba, sin alcanzar modificar el maltrato a Omega, a la que oficialmente “castigaron por ser una madre soltera”.[1]

La experiencia cubana que adquirió Revueltas implicó el trabajo de talleres de guión cinematográfico, de montaje, y por lo tanto de ver desarrollarse su teoría cinematográfica (que complementaría un par de años después en la UNAM, en el CUEC), de conocer en viva voz e imágenes la Campaña Alfabetizadora que se desarrolló en Cuba, como medida revolucionaria para sacar del analfabetismo a la totalidad de la población de la isla, pues el ICAIC fue pieza fundamental para el apoyo y difusión de esta campaña, llevando cine a todos los rincones poblados de la isla.

También queda testimonio de haber conocido el inicio del trabajo del que sería posteriormente el Grupo de Experimentación Sonora (que conformará el movimiento de la Nueva Trova Cubana a principios de los 70), con lo que se musicalizaba las películas que se pretendía difundir sobre los logros de la revolución. También tuvo la oportunidad de escuchar varias veces conciertos con música de Silvestre Revueltas, que seguramente introdujo Rosaura Revueltas entre círculos culturales cubanos, tomando en cuenta el apoyo del poeta nacional de Cuba, Nicolás Guillén, para que éste fuera el promotor de la música de su hermano en la isla, dada la cercanía que siempre hubo entre el éste y el músico, desde la década del 30.

Al regreso, ya en el convulso 1962, pretende regresar al cine, hay un proyecto de filmar de nuevo con Roberto Gavaldón, para la Filmex, en los Estudios de San Ángel, y le pagan la renta de una bonita casa cerca de San Ángel Inn para que escriba y escriba, pero el proyecto cae por los suelos, pues los Estudios San Ángel fueron desmantelados, y él queda prácticamente en la más miserable de las pobrezas, con la expectación de que le den espacio y trabajo en el periódico El Día, que aparecerá en junio de 1962 (y será dirigido por su íntimo compañero Enrique Ramírez y Ramírez), pero también este proyecto queda en la nada, sólo le dan espacio para publicar una nota de vez en cuando, nada para sostener una entrada de sueldo regular y segura.

El 23 de mayo de este año, en Xochicalco aparecen los cuerpos de Rubén Jaramillo, su esposa y tres de sus hijos, brutalmente asesinados por policías judiciales y miembros del ejército. El crimen es difundido por la revistaPolítica, dirigida por Marcué Pardiñas, por el suplemento cultural México en la Cultura, de la revista Siempre y algunos comentarios en Radio Universidad, siendo los únicos medios de comunicación que señalaron directamente al gobierno de Adolfo López Mateos como responsable del suceso; el resto de los medios de comunicación hicieron eco del argumento gubernamental: Jaramillo fue ajusticiado por sus ideas religiosas, era un pastor evangelista, y murió en una trifulca contra los campesinos católicos cristianos conservadores, nada que investigar, argumentó el gobierno.

La izquierda no supo qué hacer, completamente dividida nunca respondió a la altura del espantoso asesinato que se ensañaba con el miembro más débil de los infinitos grupúsculos contragubernamentales, y simplemente todos estaban paralizados de terror. El Ensayo sobre un proletariado sin cabeza marca esta tónica, el partido está más imbuido en desarrollar una teoría revolucionaria, que en mirar la realidad.

En este momento también se publica el libro ¿Qué es la izquierda mexicana?, de la periodista Sol Arguedas, entrevistas con Lombardo Toledano, fundador del PPS; Manuel Terrazas, del PCM; Carlos Sánchez Cárdenas, dirigente del Partido Obrero-Campesino Mexicano; José Revueltas y Eduardo Lizalde, dirigentes de la Liga Leninista Espartaco; Trinidad Estrada, dirigente del Consejo Nacional Ferrocarrilero; Alonso Aguilar, directivo del Movimiento Nacional de Liberación; así como a José Luis Ceceña, economista universitario y Carlos Fuentes, escritor. Su discusión fue la eterna división y la también eternizada auto razón que siempre se han dado estos grupos, nunca realizando profundos y serios análisis autocríticos. No leyeron la crisis que vivía la sociedad mexicana en este momento y se mantuvieron “orgullosamente” divididos.

Asimismo a finales de este año se daría la Crisis de los Cohetes, entre la URSS y los EEUU, cuando nuestra nación vecina al norte es sorprendida de la noche a la mañana con la instalación de armas nucleares colocadas a pocas millas de su territorio, justamente en la Isla de Cuba, que pusieron al mundo en la hora cero para el estallido de una Tercera Guerra Mundial, en donde teóricamente se desataría el uso indiscriminado de armas nucleares.

Aquel año fueron tiempos difíciles.


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[1] Los hijos de Revueltas siempre contactaron a la hermana cubana, a la que consideraban miembro de la familia y con quien compartían “regalías” de las obras de su padre, así me lo comentó en una entrevista Andrea Revueltas, en 1995. Moura Revueltas Agüero es doctora en Medicina y sigue en Cuba.




 
 
 

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