top of page
Buscar

Revueltas y el cine X. La década prodigiosa, 2 de 3

  • Elías Razo Hidalgo
  • 10 abr 2016
  • 10 Min. de lectura

Continúan los 50, José Revueltas se consolida con Las tres perfectas casadas, se divierte en el proyecto de Buñuel, La ilusión viaja en tranvía, mientras su hermana Rosaura, con La sal de la tierra, le brinda esperanzas para dirigir en cine.

Algo sucedió después de El rebozo de Soledad con Revueltas: se mostró firme ante el canto de las sirenas de premios cinematográficos sucios que le querían otorgar desde España; demostró con trabajo constante la calidad de productos literarios para el cine mexicano; se alejó de los contactos ideológicos de sus compañeros y camaradas izquierdistas, que lo traicionaron una y otra vez a finales de la década del 40, provocando en él un ánimo de autocrítica como método de trabajo que proporcionaría a un escritor mucho más hecho y no contaminado con el mal dogmático de reconocimiento “oficial comunista”; José Revueltas se erguía en una figura incorruptible ante los ojos de empresarios del espectáculo cinematográfico y teatral, de intelectuales integrados al sistema y de militantes opositores, de alguna forma se convirtió para todos en un personaje incómodo.



Las tres perfectas casadas

En 1952 trabaja el guión de Las tres perfectas casadas al lado de Mauricio Magdaleno (quien ya había triunfado en el cine del Indio Fernández con cintas como Flor Silvestre (1943), María Candelaria (1944), Salón México(1948) y Pueblerina (1948), entre otras), y bajo la dirección de Roberto Gavaldón le dan movilidad al argumento de Alejandro Casona en donde se alcanza un clímax desde los 5 minutos de iniciada la película a partir de la lectura de una carta post mortem de un amigo de tres matrimonios en donde él confiesa (supuesto muerto en un accidente aéreo) que tuvo que ver con las tres mujeres casadas.

En la cinta participa Arturo de Córdova y Laura Hidalgo, en los papeles estelares, José Elías Moreno y René Cardona, así como Miroslava. En los premios Ariel de su año alcanzó la nominación de 9 estatuillas, aunque sólo obtuvo tres: mejor actor, Arturo de Córdova, coactuación masculina para José Elías Moreno y sonido para Rodolfo Benítez, de tal suerte que el ambiente cinematográfico Gavaldón-Revueltas, complemento de claros-obscuros, clímax-anticlímax, vuelve a triunfar definitivamente con esta cinta, y por supuesto Revueltas y Magdaleno no obtuvieron ningún reconocimiento por su extraordinario trabajo.


La ilusión viaja en tranvía

En 1953 se reúne talento por todos lados para la filmación de La ilusión viaja en tranvía, cinta que prometía y que generó gran expectación. Bajo la dirección de Luis Buñuel se da, por única ocasión, el trabajo conjunto de dos amigos: José Revueltas y Juan de la Cabada, pero también escribieron Mauricio de la Serna y Luis Alcoriza, lo que anunciaba un buen encuentro.

Se adaptó, del argumento de De la Serna, la mítica idea de un tranvía viejo que es arreglado por obreros no especializados de la empresa de tranviarios de la Ciudad de México, los cuales se enfrentan a una cerrada burocracia empresarial, que tiende a no equivocarse, y dado que ya se definió que un tranvía tiene que dejar de circular para dar paso “a la modernidad”, pues debe ir al deshuesadero industrial, y debe ser conducido por sus operarios.

Sobresale la actuación de Lilia Prado, pero por salirse de su marco y comportarse “moderadamente”, al cuidado del que hace de su hermano, Fernando Soto “Mantequilla”, que está de lujo. Hay diálogos urbanos rescatables entre “Mantequilla” y Carlos Navarro, así como la siempre chispa en la lengua urbana que imprime Miguel Manzano.

Al parecer la reunión de talentos no surtió frutos suficientes para convertir la cinta en algo sobresaliente, pero da la impresión de que se divirtieron mucho trabajando en la producción. Resulta una comedia pasable, aunque por dirigirla Buñuel, al paso de los años, se le ha convertido en una cinta de culto, pero debe de írsele viendo con mucha frescura de ver la tarea industrial cumplida en medio de la década del 50.


Sombra verde

En 1954 regresa con Roberto Gavaldón, e invita a Luis Alcoriza, que conoció en su trabajo anterior en La ilusión, para trabajar en una adaptación de la novela de Ramiro Torres Septién del mismo título: Sombra verde.

La trama habla de conflictos humanos que encuentran eco dentro de la selva veracruzana, en donde el protagonista, Ricardo Montalbán, va en busca de los secretos de una medicina. De pronto se ve envuelto en el ambiente devorador de odios y asechanzas, de amores de tiempos generacionales distintos (Alcoriza retomará el tema para hacer una década después su cinta sin par, Tiburoneros), que señalan claramente el triunfo de la “modernidad” contra el “primitivismo de la selva virgen” y el regreso a la “normalidad moral” de la ciudad en contra de la felicidad extrema alcanzada en este lugar remoto, crítica avisada de Revueltas en contra de la doble moral imperante en la sociedad. Logra estar nominada a tres Arieles (mejor dirección, coactuación masculina y fotografía) alcanzando Jorge Martínez de Hoyos y Alex Phillips los premios.

Lo más destacado durante la filmación es lo siguiente:

“¡Rosaura derrotó al imperio!”, José Revueltas gritaba impaciente y nervioso, en los estudios cinematográficos, donde coría la filmación de Sombra verde. Gavaldón le quería hacer callar, pero era increíble lo que había sucedido: Rosaura había sido liberada y deportada al país, simplemente porque en los Estados Unidos se estaba rodando la película La sal de la tierra (Biberman, 1954), y sin duda era digno de echar gritos, y así fue la manera de festejar la marginación a la que se sometió a su hermana actriz, simplemente por siempre –p pretender hacer cosas dignas. Me contaron que oyeron este diálogo entre el director de cine y el escritor:

–Y tú que la señalaban como burguesa…

–Bueno, entonces era un pendejo, pero con ella mantuve un contacto siempre respetuoso y más cuando se murió Silvestre, entonces ella era mi referente en la familia…

–¡A la que nunca le hiciste caso!

–Qué querías, en mi formación ideológica no entraba lo que ella me pedía, que me alejara de la lucha, que dejara que otros hicieran lo que yo hacía, que ellas, mis hermanas, mi mamá, mi vieja tía, me necesitaban bueno, productivo y en mi sano juicio, sin mis arrebatos revolucionarios y sin mis ausencias al hogar y disciplinado en el estudio y cuidador del hogar…

–Ya, ¿no?, parecen virtudes o defectos, según la óptica con que los veas, lo que te pedía tu familia en voz de Rosaura…

–Será, pero yo siento para mis adentros que Rosaura derrotó al imperio y fue más atrevida que yo en su actividad artística, ¡qué chingaos!

La sal de la tierra narra la historia de una huelga industrial en los EEUU ocurrida en 1951, en donde se dejan ver las condiciones de desigualdad en que se tenía a los trabajadores de origen mexicano, soportando malos tratos y posiciones racistas. En el desarrollo de la misma se va dando la conformación de conciencia social que nace desde las esposas de los huelguistas que son las que soportan la andanada que imprimen los patrones y son las que con su ejemplo hacen que la huelga triunfe, dando una constancia de que la lucha por la discriminación y los malos tratos se dan en todas las capas de la sociedad y que puede y debe lucharse desde el seno del hogar.

A Rosaura la contacta el director de la cinta, Hebert J. Biberman en diciembre de 1952 en la Ciudad de México (en sus memorias, Rosaura Revueltas dice que el contacto inicial fue por el trabajo que desarrolló en El rebozo de Soledad y que la cinta de Hebert se produjo a principios de 1953, aunque llevaría montarla casi un año para estrenarla finalmente en EEUU en marzo de 1954).

Ella viaja a los EEUU y toma la decisión de filmarla, no obstante que le informan en México que trabajaría en un proyecto riesgoso, pues el director está vetado de Hollywood por sus posturas políticas antiamericanas. Después de cada día de rodaje, los participantes en ésta se reunían para discutir el trabajo realizado y analizar las escenas alcanzadas, asimismo se planeaba lo que se haría el día siguiente, un 90% del personal que participaba en esta realización eran las mismas familias que habrían participado un par de años antes en la huelga histórica de las minas de zinc.

Se avanzó ininterrumpidamente, hasta el 25 de febrero en que se detiene la filmación, ya que Rosaura es detenida por las autoridades policíacas estadounidenses y, aunque no pisó la prisión, sí estuvo arraigada en un hotel mientras duró el juicio al que se le sometió. El proceso duró 10 días, desde el hotel en donde estaba arraigada era conducida diariamente hasta el juzgado en donde estaba siendo procesada para finalmente ser deportada, pues fue considerada como una trabajadora ilegal en los EEUU, y así fue tratada.

El filme era simple: sencillamente una historia de triunfo en una huelga obrera, y ya, pero el gobierno norteamericano, en plena política macartista, la vio como una cinta comunista, hecha por comunistas, dirigida por comunistas (el director había estado preso, años antes, acusado de ser comunista), actuada por comunistas (tildaban a los trabajadores, a Rosaura y a los actores como militantes comunistas), y que no convenía a los intereses de los estadounidenses. Señalada así, la Revueltas soportó el linchamiento mediático durante su proceso, la mejor promoción que pudo haber tenido la cinta antes incluso de haber sido concluida, y el escándalo internacional se transformó en su ruta de exhibición.

Dentro de EEUU, el proceso de Rosaura alcanzó a mover a organizaciones obreras chicanas y estadounidenses para ayudarla. El décimo día del juicio se organizó fuera del juzgado un mitin obrero, que obligó a las autoridades a cerrar el juzgado, no permitir la entrada de obreros que iban a apoyar a Rosaura Revueltas, sin embargo el juicio fue transmitido en la televisión, y se vio cómo prácticamente se aceleró la conclusión del proceso e inmediata deportación de la artista, que, sin pretenderlo, se había convertido en un símbolo de la lucha obrera y migrante en Estados Unidos.

La película fue filmada en EEUU porque se quería tener el ambiente social y físico en donde habían ocurrido los acontecimientos. Se había valorado la posibilidad de realizarla en México, pero para realizarla habría que someterla a la censura gubernamental, los bloqueos de la industria de cine y los filtros burocráticos de los sindicatos que controlaban las producciones de cintas en México.

En México se desató un escándalo por la detención de Rosaura Revueltas, había quien la defendía y quien la acusaba de “malinchista”, por hacer una película “mala” y por el hecho de irse a filmar a los Estados Unidos, siendo que sí filmaba normalmente en nuestro país; lo cierto es que conforme pasaban los días se hacía más y más promoción a esta cinta con producción muy original.


Rosaura, ya en México, es contactada casi inmediatamente por el director Biberman, que viajó en condiciones secretas a nuestro país para continuar la filmación de secuencias que faltaban con presencia de Rosaura, en el papel protagónico de Esperanza Quintero. En nuestro país costó trabajo revelar los rollos, ya que se había declarado un boicot total contra esta cinta, pero Rosaura, asesorada por José Revueltas, logra contactar el laboratorio y a los técnicos que decidieron apoyar la continuación de esta película, como muestra de compañerismo y solidaridad. De esta forma, casi clandestinamente, se revelaron los rollos y después, también subrepticiamente, fueron enviados a los EEUU.

A mediados de abril de 1954 a Rosaura le llega una invitación de la URRSS para que se sume a una delegación de mexicanos para observar la participación del desfile del Primero de mayo en La Plaza Roja de Moscú, a la que se suma gustosa; va con viejos conocidos de su hermano, José: Fernando Benítez y José Mancisidor, principalmente.

En Moscú se lleva la sorpresa de que es invitada de honor al estreno en la URSS de La sal de la tierra, justo antes del Primero de mayo de 1953 (en los EEUU la cinta fue proyectada en marzo de este año, causando buena acogida y corroborando que de ninguna manera era una cinta comunista, sino promovía, eso sí, una lucha de equidad de género y de bienestar para los trabajadores y las familias de éstos). La cinta es ovacionada en donde es proyectada y Rosaura vitoreada con el nombre de “Esperanza”, el personaje central de la película.

De Moscú es invitada a Praga, Checoslovaquia, para participar en el Festival Cinematográfico, en donde Herbert J. Biberman obtiene el Premio Festival Internacional de Cine de Karlovy Vary (Globo de Cristal) por la cinta y Rosaura Revueltas resulta la actriz triunfadora del certamen.

En México, a su regreso de Europa, Rosaura Revueltas es señalada por un sector de la prensa como traidora a la Patria y por otra como una actriz a la que hay que festinar y honrar por su excelente trabajo fílmico. La sal de la tierra es estrenada en México en diciembre de 1954 en el Teatro Iris, único independiente que se atrevió a exhibirla (poco después fue absorbido por el monopolio exhibidor de cintas), sólo se exhibe la respectiva semana legal que le corresponde a toda cinta nacional (hasta la fecha se tiene la misma política con, o más bien, en contra de cintas mexicanas que se exhiben en México), y es sacada inmediatamente de cartelera “porque no gustó”. Es retirada y boicoteada, desde entonces, en México y en EEUU.

El Presidente de México, Adolfo Ruiz Cortines, recibió a Rosaura Revueltas, la felicitó por sus éxitos, y le dijo que “él no tenía nada en contra de ella, ni de la película, por tanto no podía hacer nada al respecto de pedir que pudiera ser exhibida de nuevo en México” (como Vicente Fox ocho sexenios después y su “¿y yo, por qué?”; lo que demuestra que el ser pusilánime en la presidencia no es signo de colores partidarios).

Rosaura, al salir de su cita con el Presidente dice: “La prensa elogió mucho la película y a mi persona. Después a mi alrededor se hizo un dilatado silencio; y me echaron a la fosa común. Fue como una consigna”. A partir de ahí, o más bien desde que se inició la filmación y con la promoción del gobierno norteamericano y las autoridades y funcionarios mexicanos, La Sal de la tierra se hizo una película de culto.

Poco después se suma al proyecto de danza en la Escuela de Danza Mexicana, y es por medio de los contactos que logra que inviten al grupo a un encuentro mundial de danzas folclóricas que se efectuará en Varsovia en 1955. En el evento, cuando participa la delegación mexicana, es identificada por la delegación alemana, puesto que La sal de la tierra estaba siendo exhibida en la Alemania Democrática; es levantada en hombros y vitoreada. Es invitada a participar en el Congreso Mundial de Mujeres en Berlín, por ser ya un personaje importante de género a partir del rol que desempeño en la película.

Ya en Berlín, ella pide ir a una puesta del Berliner Ensemble, para ver el teatro que los alemanes están desarrollando. Ahí la ve el director de la compañía y le dice en voz alta: “¿La sal de la tierra, verdad?”, “Sí”, indiferente contesta ella, sin saber quién es el que pregunta; luego le informarían que era Brecht, quien le extiende una invitación para acompañarlo en el palco de honor y ver un ensayo de la Berliner.

Brecht la invita a participar en la compañía teatral, situación extraordinaria, ya que no contaban con artistas invitadas de otros países, y debuta en 1956 en la escena alemana. La sal de la tierra triunfa en París, y, en su recorrido, va cosechando toda clase de reconocimientos. Un año después, 1957, regresa a México y sorprendentemente es ninguneada.

En una visita que hizo a la SEP para tratar de ver al secretario Jaime Torres Bodet para solicitar algún apoyo y montar alguna compañía, se enfrenta a la indiferencia total, lo mismo sucede en la UNAM. La única persona que hace eco de su triunfo es Seki Sano, que le rinde un homenaje en una puesta teatral dedicada a ella, la ANDA le da la Medalla de Oro al mérito, todos los actores le hacen un vacío y no hay trabajo para ella.

El sino de José Revueltas se extiende ya también en contra de su hermana Rosaura.




 
 
 

Comments


bottom of page